Resumen del libro El Periquillo Sarniento
De nuevo la picaresca es utilizada para llevar a cabo burla de la sociedad y dejar una lección sobre los valores morales. En este resumen del libro El Periquillo Sarniento vas a conocer las desventuras de un joven que creyó que la vida simple y las trampas le darían la alegría. Sigue en pié leyendo.
Resumen del libro El Periquillo Sarniento
Esta obra, redactada por el mexicano José Joaquín Fernández de Lizardi, cuenta la vida de Pedro Sarmiento. En sus líneas, el creador cuenta las aventuras de este pícaro, quien en su afán de ganarse la vida de modo simple, va superando las adversidades del destino hasta conseguir un enorme estudio.
Los hechos son contados por un narrador en primera persona, ya que es el personaje principal quien instantes antes de fallecer, le cuenta a sus hijos su propia historia y los peligros de todo el mundo, retratando los vicios de la sociedad en donde habitan.
De esta manera, el creador echa mano de la picaresca donde el pícaro está por arriba del bien y del mal, que siempre busca dejar una asignatura de vida al sobrepasar los obstáculos y todos los individuos malvados que se van presentando durante la historia.
En esta ocasión el pícaro recibe un golpe de suerte, por lo cual algunos críticos reseñan que el tema central de la obra es la superación, en tanto que otros afirman que la intención del creador era llevar a cabo una crítica a la sociedad mexicana del siglo XIX, usando la burla como utilidad.
De esta forma, Pedro Sarmiento cuenta que su nacimiento se causó en México, entre los años 1771 o 1773, en el seno de un lugar de vida que viene dentro por su padre, a quien el personaje principal recuerda como un hombre sensato, aunque muy consentidor, y su madre, quien siempre tuvo en cuenta como sobreprotectora.
Su familia no posee enorme fortuna pero si les consigue para agradar sus pretenciones y vivir prácticos. Sin embargo, Pedrito manipula a sus padres con berrinches siempre que quiere hallar algo. Cuenta que su alias Periquillo le viene por su debilidad de comentar bastante y por el color de la indumentaria con la cual iba al colegio.
El alias de Sarniento se lo debe a un amigo Januario, quien le colocó ese remoquete porque en algún momento enfermó de sarna. Desde ahí afirma que cometió el error de elegir a sus amigos con poca probidad moral y dudosa integridad. Ese error lo abonó muy caro a lo largo de toda su historia.
A lo largo de su etapa escolar, Periquillo conoció numerosos profesores, entre ellos uno que terminó ser realmente bueno pero que tuvo que cerrar la escuela y otro que, por el opuesto, terminó ser despiadado y tirano. Los cambios de profesores y de academias fueron la recurrente a lo largo de su niñez, ya que nadie ha podido ponerle orden al jovenzuelo.
El padre del Periquillo, observando que éste no era realmente bueno para los estudios, le ofrece a su hijo que escoja un trabajo para que sea aprendiz; pero la madre se escandaliza con la iniciativa porque no cree que su hijo deba ensuciarse las manos. El padre argumenta que no ve nada de malo en estudiar un trabajo, pero la madre acaba por seducir a su débil marido.
Con el tiempo, el joven convence a su padre para estudiar gramática latina y éste ingresa a buscarle el más destacable maestro, por lo cual Periquillo pasa su tiempo entre estudios y distracción, debido a que no se tomaba nada seriamente. Al finalizar sus estudios, ingresa al colegio San Ildefonso para estudiar el bachillerato y especializarse en filosofía.
Desde que entró en el colegio se dio a la labor de impresionar a todos usando mañas y malas prácticas, como los juegos de azar y las trampas. El día más feliz para sus padres fue a lo largo de la graduación del joven, ya que daban por sentado el cambio en el accionar de Periquillo. Pero aunque ya es bachiller, el ego hace de las suyas y sigue en pié con sus berrinches para hallar provecho de sus padres.
El padre convence a su hijo de ir hasta la hacienda de un amigo para estudiar algún trabajo. Al llegar a la finca, Periquillo hace amistad con la dueña de casa, quien lo conocía por referencias de Januario, un amigo del joven y compañero del colegio desde la niñez. Este Januario, más que un amigo era un cómplice de sus pequeñas fechorías y fue quien le dio el alias de Periquillo Sarniento. Era el sobrino del amo.
Para recibirlo, los dueños de la hacienda organizaron una comida, instante que el Periquillo aprovechó para alardear de bastante conocimiento porque quiere impresionar a sus anfitriones y a la prima de Januario. Un vicario que se encontraba que se encuentra en la actividad social soluciona al joven, pero este trata de enderezar la circunstancia manifestando que quiere dedicar su historia a Dios.
El personaje principal pudo su cometido y se ganó la simpatía de todos los que habitaban la hacienda, menos Januario, quien envidiaba a su amigo por todo lo que poseía y por esperar a su prima. Un día, el falso amigo le tendió una trampa al Periquillo: Le mencionó que su prima le correspondía y que lo esperaba en su habitación; el joven acude al acercamiento pero a quien está es a la madre de la muchacha, quien advertida por Januario de las malas pretenciones del Periquillo, le tendió una trampa. Hasta ese día Sarniento estuvo en el sitio.
De regreso a su lugar de vida, el padre le da dos opciones: estudiar para ser médico o abogado y, si no quiere estudiar, le ofrece su acompañamiento para que aprenda el trabajo que más le agrade. Pero Periquillo no pretendía ni lo uno ni lo otro; por eso buscó consejo en uno de sus amigos rufianes, Martín Pelayo, quien le dice que lo destacado es ser clérigo porque vive de las limosnas, es respetado por todos, y siempre tiene comida.
Le dice a su padre que quiere ser clérigo, a eso que este le advierte que primero debe ser vicario, para lo cual debe privarse de varios bienestares, tener mucha intención y estudiar bastante. Esto no convenció al personaje principal, cuya más alta aspiración era ganarse la vida sin el esfuerzo reducido. Sin embargo, claro de su propósito final, escoge ser clérigo.
Al poco tiempo ya vestía como vicario y su amigo Martín lo invita a sumarse a su grupo de rateros, por lo cual próximamente empieza a llevar a cabo vida en billares, sitios de apuestas y sitios clandestinos. En menos de un año ya maneja toda la jerga de los juegos de azar, bebe y baila sin medida. Cuando se aproxima el día del ascenso del Periquillo como vicario, sus padres sufren una enorme decepción ya que se enteran que su hijo es un poco responsable que falta a clases y frecuenta a una gavilla de sujetos poco confiables.
Al reunirse con sus progenitores, el joven empieza a dudar algo ya que notaba a su padre muy distante y a su madre muy llorosa. Su madre le dice que el padre está decidido a enviarlo de aprendiz, pero el Periquillo le suplica que no permita tal disparidad y esta consigue que el padre ceda de nuevo frente las necesidades del joven.
De nuevo, Periquillo tiene tiempo para suponer en su futuro. Regresa a buscar consejos con su amigo Martín, quien le dice que lo destacado que puede llevar a cabo en transformarse en fraile y que él podía conseguirle una sugerencia para su tío el provincial de San Diego. El joven permite la iniciativa con sumo gusto.
Al llegar al convento de San Diego y escuchar las sugerencias, nuestro personaje principal cae presente de que la vida de fraile no es lo de el y, aunque reniega de su circunstancia, escoge seguir con sus estudios con la convicción de que pasado el tiempo de limitaciones, va a poder vivir cómodamente.
La vida de claustro le resulta muy pesada y, en ese tiempo, el jovenzuelo recibe la visita de Martín y Juan. Tras seis meses sin salir, recibe la desaparición de su padre, quien dejó como testamento a su hijo una sucesión de orientaciones morales que espera le sirvan de guía al Periquillo. Poniendo la viudez de su madre como motivo, el Periquillo consigue escapar del convento, no sin antes recibir regaños del fraile primero por su accionar.
La madre, tolerando por el luto, recibe con orgullo a su hijo. Para agradar la vida del Periquillo dilapidaron la herencia dejada por el padre y vendieron todos sus bienes, llegando a vivir en un reducido cuarto sin que el mozuelo mostrara interés alguno por trabajar y sostener la vida que le gustaba.
Ya en la pobreza, la madre le ruega a su hijo que aprenda un trabajo para hallar algo de dinero que les permitiera subsistir, pero no pudo convencerlo y muere entre delirios sin ver que su hijo sea buena persona. El Periquillo queda solo a su suerte, sin recibir asistencia de sus familiares.
En la mitad de su desesperación está con el Januario, quien vive de llevar a cabo trampas en los juegos de azar y enseña al Periquillo todas sus mañas. De ahí en adelante formaron un conjunto de tramposos que dormían en escondites improvisados, rodeados de malhechores y disfrutando del alcohol y la vida simple.
El Periquillo se distribución de lleno a la mala vida con Juan. Al hallarse con Martín notan que es diferente por lo cual Pelayo escoge distanciarse de la pareja de pícaros. La popularidad de Januario y el Periquillo empieza a alcanzar por toda la zona por lo cual su economía no es permanente y, en una de sus fechorías, resulta herido y en llevado a un hospital.
Tras escapar del nosocomio, el personaje principal está solo y desamparado. Regresa a hallarse con Januario y vuelve a su vieja vida como estafador con otros malvivientes. Le ofrecen hacer un robo pero este se niega. El robo se frustró y el Periquillo es arrestado como sospechoso y después inculpado por una sirvienta.
Ya en la prisión, Sarniento conoce a Antonio Sánchez, un presidiario que se apiada de él y lo invita a comer. Los dos hombres entablan amistad y Sánchez le cuenta al personaje principal su triste historia: Su hermosa mujer era deseada por un marqués quien por el sólo deseo de poseerla le tendió una trampa. La mujer estuvo estable y leal a su marido, por lo cual el marqués, observando sus proyectos frustrados, acusó a Antonio de tráfico de tabaco y lo envió a la prisión.
Antes de fallecer, el noble libera a don Antonio de su culpa pero su salida se retrasa por trámites burocráticos. El Periquillo se siente protegido por Sánchez, quien lo aconseja sobre las afirmaciones que debe rendir en relación de su caso, y sobre las malas elecciones y amistades que no lo llevaron por el buen sendero.
Al quedar en independencia, don Antonio deja algunas prendas a su protegido, pero los delincuentes que distribuyen celda con Periquillo lo seducen con alcohol y tabaco hasta lograr que empeñe todas las pertenencias a un preso apodado Aguilucho, quien se transforma en su nuevo asegurador.
Periquillo llega a sentirme mal por haber empeñado las prendas de quien se portó tan bien con él, pero Aguilucho consigue sacarle el pesar. En la mitad de los tragos, Periquillo se proporciona cuenta de que le han robado las escasas pertenencias que le quedaban, pero su nuevo asegurador calma su sed de vengarse con más alcohol.
Al recibir la visita de don Antonio, el joven le cuenta lo ocurrido con sus bienes, apenado y temeroso por tener que abonar por ello; pero el hombre le dice que todo lo había dejado para el placer de su amigo mientras se encontraba privado de independencia. El Periquillo se entristece por su circunstancia, pero de nuevo retoma su cinismo al consumir el alcohol que le da el Aguilucho. La amistad entre el personaje principal y el delincuente termina cuando el primero se queda sin elementos.
Aguilucho le tiende una trampa al Periquillo a quien convence de que debe dejarse azotar 200 ocasiones o tendría que hallar dinero. El joven atormentado redacta dos cartas, una para un familiar y otra para un reo. Las cartas son leídas por el escribano de la prisión, quien siente simpatía por el jovenzuelo preso y lo asiste para salir de la prisión siempre que éste le ayuda.
El escribano, de nombre Cosme Cazalla y popular como Chanfaina, además está metido en negocios turbios y fuera de la ley. En un año ya el Periquillo sabe todas las mañas del trabajo y se transforma en su secretario, demostrando que la ley es diferente en la teoría que en la costumbre.
En una ocasión, el escribano llevó una mujer a su casa, a quien había sacado de la prisión y que pretendía en misterio. El criado se sabe con la sirvienta y entre los dos le toman el pelo a su amo. Pero el Periquillo hace amistad con otra mujer, despertando los celos de la criada, quien arma una trifulca de tal intensidad que provoca que corran al jovenzuelo.
Ya con 19 años, el Periquillo está de nuevo solo y en la calle. En esta ocasión está con Don Manuel Sarmiento, quien fuera el barbero de su padre. El joven miente al hombre sobre su apariencia y consigue conmover, por lo cual lo transporta hasta su casa, lo asegura y le enseña el trabajo en pocos meses.
El Periquillo causa muy buena impresión al comentar latín con su maestro, por lo cual recibe otra sugerencia y se regresa ayudante del boticario. En ese tiempo aprende de química y botánica, por lo cual próximamente es ascendido a aprendiz de boticario. El joven además hace amistad con el doctor Purgante, un médico popular con ese alias por su popularidad de purgar a sus pacientes.
No tarda en conocer el acuerdo entre el boticario y el médico que se mandan pacientes de habitual acuerdo. El Periquillo estuvo próximo de envenenar a un enfermo al confundir unas sustancias, por lo cual la relación con el boticario se extendió poco. El joven huye y acaba siendo ayudante del doctor Purgante.
Esta relación además se extendió poco, ya que nuestro personaje principal deja al médico, no sin antes sustraer algunas fórmulas de medicinas y títulos. Confiado en que sabe todo lo primordial sobre medicina, escoge proceder a un pueblo donde nadie lo conoce y hacerse pasar por médico para llevar a cabo fortuna.
En dicho pueblo Sarniento tropieza con Andrés, quien habría sido aprendiz de don Agustín. Le cuenta que se realizó doctor y que requiere de un ayudante, a eso que Andrés ingresa inmediatamente, otorgándole responsabilidad y reconocimiento al falso médico.
Por medio de la buena fortuna que le acompañaba en ese instante, el “doctor Sarmiento” consigue sanar a sus primeros pacientes, lo que le proporciona más grande notoriedad. El cura del pueblo sospecha de él y lo denuncia de forma pública, pero el acusado se pone a estudiar para no ser agarrado por sorpresa. En este ínterin algunos pacientes mueren, por lo cual el cura lo enfrenta otra vez. Llega una pandemia al pueblo y varios nativos sospechan del “doctor”, a quien no le queda más que salir huyendo.
De regreso a la localidad el Periquillo trata de vender algunas prendas robadas, pero es acusado por un individuo. Para salir de su inconveniente, el rufián acusa a un limosnero quien no ha podido defenderse y acaba en la prisión, mientras su acusador queda libre y con la conciencia tranquila.
Tras pasar unos días, Sarniento tropieza con el hombre a quien había enviado a la prisión, por lo cual para calmar su furia empieza a mentir otra vez hasta convencerlo de su suerte tan negra que lo llevó a acusarlo. El pobre hombre cree la historia y le ofrece amistad al Perico. Sin embargo, está solo y viviendo de lo que gana en los juegos de azar.
En una oportunidad le pagaron con un billete de lotería que terminó ganador, por lo cual su historia regresa a cambiar por completo: Los contrincantes se vuelven amigos, empieza el derroche y el placer sin límite inclusive antes de cobrar el premio. Se instala en una exclusiva casa y contrata sirvientes; entre ellos su amiga Luisa, con quien retoma sus relaciones.
Empiezan las fiestas en honor a don Pedro Sarmiento, que llegan a reconocerse por sus excesos. En una de ellas conoce a Mariana, una muchacha de sociedad de quien se conquista. Convence a la joven de casarse con él y desde luego que los padres de ella admiten sin inconvenientes debido al renombre y la fortuna de tan eminente señor.
Sólo un obstáculo divide al Periquillo de su amada: Luisa, su apasionado. Por eso convence a uno de los criados para que la seduzca y sorprenderlos. El plan es un triunfo y la cocinera sale de la vivienda por inmoral. Días luego, Sarmiento se casa con Mariana. Con el tiempo, Periquillo empieza a ser visitado por cobradores con quienes se había endeudado tras derrochar su fortuna.
Llega el infortunio matrimonial y empieza a ausentarse de casa. Las deudas se acumulan todavía más y, otra vez, los bienes fueron empeñados unos tras otros. Mariana acaba viviendo en un cuarto horrible, pasando penurias y embarazada. A lo largo de el parto, Mariana pierde la vida, gracias a la insalubridad y el trato deficiente que recibe.
Las pesadillas atacan al Periquillo, quien recuerda a su suegra señalándole por la desaparición de su hija. Otra vez en la pobreza, el hombre recurre a la asistencia de sus amigos, quienes lo rechazan completamente. Está con Luisa y trata de conquistarla, pero esta además lo repudia por causa de la humillación que le logró pasar.
Frente la insistencia del Periquillo, el marido de Luisa sale en su defensa y le causa una herida con un puñal que lo envía de nuevo al hospital. Abatido, nuestro personaje principal entra a una iglesia y es famoso por el sacristán que lo reconoce y le da trabajo. Sarmiento permite, no sin antes implorar por comida.
Sin haber aprendido la asignatura, Perico empieza a quitar todo lo que puede de las limosnas y pone en costumbre sus mañas hasta que se ve descubierto cuando intenta quitar a un muerto. Es echado de la iglesia y otra vez en la calle, se junta con bribones y rateros. Uno de los malvivientes lo invita a su casa y le hace una excepcional propuesta: hacerse pasar por lisiado para solicitar limosna.
En breve, nuestro joven rufián se regresa profesional como limosnero hasta que un día, un hombre se apiada de él y le da pan, techo y trabajo. El periquillo permite esta ocasión y deja a la banda. La suerte lo sigue y acaba siendo ayudante de un subdelegado corrupto, quien utilizó a su nuevo siervo para sus fines.
El secretario tuvo conocimiento de todos los negocios turbios de su amo, quien era colega del cura del pueblo. Frente los diversos atropellos, las víctimas solicitan la renuncia del subdelegado y el Periquillo toma su lugar, llegando a ser inclusive más corrupto que su antecesor.
El cura, quien vio damnificados sus intereses, denunció algunos fraudes realizados por el Periquillo, quien otra vez acaba después de las rejas. Fue culpado a ocho años de carcel pero le dan la alternativa de abonar su condena en el batallón y permite. Ahí se transforma en el mayordomo de un coronel y se gana su simpatía y aprecio. Lo atiende como hijo y, a cambio, queda exento de las faenas militares y gana algo de dinero.
Por ese tiempo, Periquillo recobra el cariño por la lectura y el entender, por lo cual pasa horas en la chiquita biblioteca que tiene su patrón. Pero no había corregido sus malas mañas: todavía visitaba prostíbulos y se descontrolaba siempre que probaba el alcohol, pero en oposición al coronel era un hombre atento y trabajador.
Por medio de la seguridad que se ganó, Perico es agregado en una embarcación militar rumbo a Manila, donde habita el coronel. A lo largo de ocho años, sirve al coronel y se hace de una chiquita fortuna, al comerciar con prendas y estar bajo la custodia del coronel que le ganó el respeto de los pobladores de la región.
Cuando cumple la condena, el coronel lo deja libre y puede irse a donde quiere, pero el Periquillo no quiere dejar a su patrón y le pide continuar haciendo un trabajo con él, a eso que éste ingresa. Dos meses luego, el coronel muere de repente y hereda parte de su fortuna a su siervo. Crece la fortuna de nuestro amigo y escoge regresar a la localidad.
Mientras se esta viajando de retorno hace proyectos para duplicar su fortuna; casarse con una mujer destacable y hallar un encabezado de marqués, con lo cual puede a ser virrey. Se convence tanto con su iniciativa que los usuarios llegan a rechazarlo por tan petulante accionar.
La embarcación naufraga y el Periquillo consigue subsistir al ser rescatado por otro barco. Llega hasta una isla cercana donde un hacendado le proporciona trabajo pero el recién llegado todavía se niega a trabajar y se hace pasar por noble. Discute con el mayoral de la hacienda, de ascendencia asiática y tras encajar en algunos puntos, éste lo invita a su casa.
Las capacidades de Pedro trabajan y es tomado como conde, presumiendo de su amistad con el chino. Al regresar a México llega como conde y en empresa del chino, quien revela la realidad pero, habiéndose tomado enorme cariño, le pide que se quede haciendo un trabajo a su lado.
Como es su práctica, el Periquillo regresa a la vida desordenada, aunque en presencia de su amo exhibe enorme educación y finura. Por primera oportunidad, el Periquillo Sarniento se pregunta sobre el sentido de su vida. Más adelante, se conquista de una muchacha, pero debe salir huyendo a consecuencia de su accionar irregular.
En la mitad de su desesperación, Perico intenta suicidarse, pero está tan ebrio que su intento se ve fallido. Es ahí donde cree que es hora de corregir lo que hizo con su historia. Escoge evaluar suerte en Puebla, aunque varios le sugieren cuidarse de las bandas que atacaban en el camino; pero él, que ya nada tiene, tampoco tiene nada que perder ni que tener miedo.
Unos sujetos a caballo lo atacan con pretenciones de robarlo pero es famoso por uno de ellos, el Aguilucho, quien es integrante de la banda que asalta en los caminos y lo invita a unírseles. Además tiene relación con el Januario, el cual es jefe de otra banda de asaltantes.
Frente la negativa de Pedro de formar parte en los robos, el Aguilucho empieza a suponer que éste es un cobarde y escoge llevarlo a la fuerza a una emboscada. Pero fueron atacados y el Aguilucho muere a lo largo de el combate, pero nuestro personaje principal se salva de milagro. En ese instante se proporciona cuenta de que esa no es la vida que quiere, sino que quiere vivir una vida de rectitud y calma de espíritu que, a su juicio, es la esencia de la alegría.
Escoge volver a México y en el sendero ve el cadáver del Januario ajusticiado al límite del sendero, por lo cual agradece la segunda ocasión que se le ha brindado. Al llegar a la localidad, va directo a una capilla a confesar sus errores y el confesor resulta ser Martín Pelayo.
Tras haber tomado la elección de actualizar su historia, Periquillo, quien ya tiene 37 años, busca a su amigo el cura Pelayo, con quien trabaja en un negocio honrado y de beneficio. Ya Pedro consigue la madurez emocional y ve su historia desde otra visión. Un día, se le acerca una niña a pedirle limosna y nuestro personaje principal le pide que lo lleve a donde está su madre.
La mujer desdichada es simplemente la mujer de Anselmo, el hombre a quien Periquillo acusó de ladrón. Pero en esta ocasión Pedro les ofrece asistencia y el reencuentro se regresa algo interesante ya que Sarmiento está destinado a llevar a cabo el bien. Todos ven con positivos puntos de vistas el cambio tan positivo que vive el Periquillo.
En otra ocasión conoce a otra niña limosnera que resulta ser hija de don Antonio, el hombre que lo asistió en la prisión. Al hallarse los dos hombres lloran de la emoción y Periquillo explota para soliciar la mano de la hija de don Antonio, quien no se enfrenta a la petición. La quinceañera además permite y se casan de manera rápida. Tienen dos hijos que mueren chicos. El amo de Pedro además fallece y le deja la hacienda en herencia. Años después, recibe la visita de su amigo el chino con quien comparte un interesante instante antes de su regreso a Manila.
Pasan los años y el Periquillo Sarniento consigue ser feliz y tiene más hijos. Uno de los padrinos de sus hijos, de apellido Lizardi, toma algunas notas de las desventuras de su compadre, que en algún instante éste había comenzado a escribir como una guía moral fundamentadas en sus varias vivencias y enormes aprendizajes. Tristemente, los años y las patologías hicieron mella en la salud de Pedro y le provocaron la desaparición sin que lograra escribir sus memorias.
Pedro Sarmiento muere y a su funeral asisten todos sus amigos, quienes conforman prosas y versos en honor el personaje. Convencido de la herencia moral que podría ser la vida de su compadre, Lizardi pide autorización a la viuda para divulgar estos escritos, insistiendo que una vida ejemplar tras su rectificación, puede ser útil de ejemplo para todos. La viuda permite y las memorias son publicadas.
Personajes del Periquillo de Sarniento
“Vida y hechos de Periquillo Sarniento redactada por él y para sus hijos”, es el encabezado terminado de esta novela redactada por el escritor mexicano José Joaquín Fernández de Lizardi, la cual fue publicada inicialmente en tres tomos, en el año de 1816. Ahora, los individuos de esta obra de gran magnitud picaresca.
Pedro Sarmiento: Popular como Periquillo Sarniento. Es el personaje principal y la causa de inspiración del libro. Su sueño es vivir con comodidades pero sin hacer esfuerzo alguno, contando para eso con su verborrea. Miente, hace trampas, todo para conseguir su propósito. De esta forma pasa de ser rico, a ser pobre de un día para el otro. Lo tuvo todo y lo perdió. En el final aprendió que la más grande felicidad está en la vida virtuosa.
Durante la historia, Pedro va conociendo personas que lo llevan a tomar elecciones de vida, para bien o para mal. Desde sus padres, pasando por todos sus amos, hasta llegar a sus amigos malhechores y delincuentes, hay varios individuos secundarios que se asocian al Periquillo a lo largo de el relato. Ahora mencionaremos los más resaltantes:
Tomasa: La madre del Periquillo. Siempre quiso que su hijo estudiara y tuviera una profesión, contrariando los deseos de su marido. Era posesiva, controladora y caprichosa; siempre lograba imponerse frente su cónyuge. Influyó bastante en la niñez de Perico.
Don Manuel Sarmiento: Padre del Periquillo. Siempre quiso lo destacado para su hijo. Sabía que éste no gustaba de estudiar por lo cual le dio la posibilidad de estudiar un trabajo que le sirviera para la vida. De carácter débil y consentidor, se dejaba manejar por su mujer.
Januario: Amigo de la niñez y a la vez contrincante del Periquillo. Fue quien lo indujo a la mala vida y a los vicios. Era un hombre prominente y de figura gallarda. Murió al ser abatido en una emboscada.
Martín Pelayo: Otro amigo de la juventud de Perico. Aunque con menos desfachatez que Januario, a los veinte años vestía los hábitos de seminarista y paralelamente era mujeriego y jugador. Se transformó a la vida recta y asistió a Pedro a enderezar su sendero.
Roque: Era sirviente y amigo del Periquillo. Fue quien lo asistió a liberarse de Luisa, la apasionado del personaje principal, para que éste pudiera casarse por primera oportunidad. Era un amigo leal.
El mesonero: Es quien incita a Pedro para que compre el boleto de la lotería que resulta premiado. Después aleja al personaje principal de la mendicidad cuando le da un trabajo y techo.
Don Antonio Sánchez: Un hombre honrado y de buena familia, que por proteger el honor de su mujer, Matilde, fue víctima de una calumnia levantada por un marqués y paró en la prisión. En el final se reencuentra con Pedro y se transforma en su suegro.
Además se muestran otros individuos como el padre provincial, el Aguilucho, Cosme Casalla o Chanfaina, Agustín Rapamentos, el barbero; el doctor Purgante; José el boticario; Mariana, el Virrey de China, Tutan y su hermano Limahoton; Anselmo y toda su familia, entre varios otros muchos que acompañaron al Periquillo en sus aventuras y desventuras.
Elementos importantes del libro El Periquillo Sarniento
El Periquillo Sarniento se considera la primera novela de Latinoamérica. En todo el relato se evidencian elementos de la Picaresca de españa como la historia en primera persona, la sucesión de aventuras, el hecho de recalcar la consideración de sostener los valores morales como inicio de vida y la predominación de la religión.
El creador escribió la obra con la intención de educar antes que divertir. El instante histórico en el que se interpreta la novela coincide con los años de la independencia, en los que los criollos buscaban afianzar su identidad nacional recién ganada. Por eso, Fernández Lizardi tuvo en cuenta la consideración de publicar los preceptos morales tan necesarios para la etapa.
Por este motivo, el lector va a encontrar entre las páginas de este libro varios consejos y llamados de atención, que quizás resulten desmesurados. Periquillo va a usar su historia distendida y sus aventuras, que frecuentemente resultan divertidas, como un medio para orientar a quien lea este libro. En la segunda parte de la novela el creador deja ver precisamente sus intenciones: “que se infunda amor a la virtud, aborrecimiento al vicio y diversión”.
No se aprecia un conflicto más grande en todo el relato, ya que todo es manejado como una acumulación de aventuras del personaje principal, que va desde la falta de sus padres, hasta su transformación al sendero preciso. La obra está conformada por tres partes: la primera con XXI capítulos, la segunda de XV y la tercera de XVI.
La historia resulta amena hasta que el creador empieza a imponer su criterio, cargado de moral excesiva, sobre cada tema. No obstante, vale comentar que se prueba algo interesante, ya que primero se narran los excesos realizados del personaje principal y luego se le dice al lector que debe abstenerse de estas prácticas. La historia del Periquillo está dedicada para todos esos que deseen comprender sus desventuras y pensar sobre los pésimos actos que no conducen a nada bueno.
Género Literario y Características
La forma literaria donde está redactada la novela es la prosa y, aunque se ve un alegato diario, tienen la posibilidad de hallarse elementos de la prosa poética. Forma parte al género didáctico, ya que busca trasmitir alguna clase de conocimiento.
Como ya lo reseñamos, la historia es llevada a cabo en primera persona, ya que es el personaje principal quien nos comenta su crónica. El tipo de novela es la picaresca y el subgénero es la parábola, en la cual se toma a un personaje que enfrenta un problema moral o alguna acción repudiable, para después recibir una asignatura.
El movimiento literario en el que se enmarca esta obra es el neoclasicismo, que impone el valor de lo tradicional. En este destacan propiedades como: la causa está por arriba de los sentimientos, que no tienen que demostrarse; las proyectos literarias tienen que dejar una enseñanza; rechazan la poesía por exhibir sentimientos; y elige el ensayo y la fábula como géneros primordiales.
Espacios presentes en la obra literaria “El Periquillo Sarniento”
La historia que se cuenta en el Libro El Periquillo Sarniento es un reflejo, satirizado, de la sociedad colonial de Latinoamérica, por lo cual varios de los espacios descritos por Fernández de Lizardi se asemejan a la verdad de entonces, a saber:
Espacio político: Caracterizado por el inmenso poder ejercido por la iglesia católica, la cual era muy reconocida. El poder además era ejercido por la gente con superiores elementos baratos. La corrupción era una costumbre habitual.
Espacio ético: En esta temporada las mujeres eran consideradas seres inferiores en relación a la figura del hombre. El abuso y la explotación contra los pobres era habitual, de esta forma como inculparlos por la comisión de delitos que fueren realizados por los personeros que ostentaban el poder.
Espacio social: La distingue entre las clases sociales era muy marcada, lo que era caldo de cultivo para la comisión de abusos e injusticias en oposición a los sectores más desposeídos y de casta social baja.
Espacio físico: La más grande proporción de los hechos suceden en territorio mexicano, como Puebla y San Agustín de las Cuevas; pero además se narran aventuras en Manila y China.
Espacio religioso: Se destaca la religión católica, que se deja ver en la aparición de individuos como el fraile y el provincial, de esta forma como el trabajo de sacristán que ejecuta el personaje principal.
El contexto sociocultural
Contexto social: Fernández Lizardi ubica su relato en los años anteriores de la Colonia, entre los años anteriores de la guerra de Independencia y los primeros de México como república independiente; esto es por los años 1771 a 1773, precisamente. La mayor parte de la gente de la etapa era analfabeta, y la organización popular establecía una muy marcada distingue de clases sociales: el clero y la nobleza.
La iglesia católica ejercía bastante poder e predominación sobre la sociedad. El tema creado por el creador es una crítica a la educación y los valores morales de entonces: Lizardi quiere exhibir al pueblo la consideración de la educación para la creación y el avance de la novedosa sociedad; poniendo como ejemplo la malla formación académica que recibe el Periquillo desde su niñez.
Desde el inicio, el creador condena la sobreprotección de los padres en esa etapa, impidiéndoles valerse por sí mismos y acostumbrándose tener todo sin trabajar por esto. Ejemplo claro de esto lo observamos en la madre del Periquillo, que obstaculiza toda ocasión de que éste aprendiera por lo menos un trabajo. A esto se suma la mala calidad de los profesores, que no se interesaban en el estudio de sus estudiantes.
Otra elemento que usa Lizardi para exhibir la necesidad de la educación en todas las clases sociales lo podemos encontrar en el instante cuando el Periquillo es llevado a la prisión. Ahí, los presos que vienen de todos los estratos, no distinguen al personaje principal como correspondiente a una casta social, ya que por el solo hecho de ser de piel blanca, es calificado como un hombre rico y deshonesto.
Lizardi pones al ras a las clases sociales y recalca que ámbas tienen que recibir educación formal para lograr aspirar a tener condición de vida más óptima. Esta reflexión la podemos encontrar en todo el relato.
Situación política de la época
La circunstancia política del México de entonces era inestable: se encontraba culminando la guerra independentista y el país se erigía como república sin dependencia de la corona de españa. Las construcciones reglas recién se comenzaban a conformar y persistían las pugnas internas, alimentadas por la predominación de españa que se negaba a fallecer.
En relación a la obra, se prueba una confrontación persistente entre los grupos constituidos y el gobierno, representado en las distintas instancias de poder que se perfilan en el relato: la iglesia católica, la monarquía, las autoridades reglas, por ejemplo. En esta situación, según los investigadores de esta obra, el primordial antagonista es el gobierno incapaz de arreglar los inconvenientes que el pueblo padece.
Biografía de Fernández de Lizardi
José Joaquín Fernández de Lizardi (1776-1827) fue un hombre ilustrado, progresista y rebelde por naturaleza. Escritor mexicano que desde 1811 dio inicio a la publicación de un sinfín de folletos en acompañamiento de las reformas reglas y sociales que a su juicio debían hacerse en el país. Todavía se conservan cerca de 250 impresiones de esa etapa.
La niñez de José Joaquín sucedió en el pueblo mexicano de Tepozotlán, donde su padre tenía un trabajo de médico en el Seminario de los Jesuitas. Ahí cursó sus primeros estudios, que después amplió en el Colegio de San Idelfonso, pero no ha podido culminar por carecer de elementos.
Fernández Lizardi es reconocido como el enorme iniciador de la novela de américa. En 1812 fundó el diario liberal El Pensador Mexicano, el cual fue clausurado por el gobierno del español Fernando VII, por satirizar al Virrey Venegas en una de sus ediciones. Este encabezado acompañó al escritor a lo largo de toda su historia, convirtiéndose en su seudónimo.
Su naturaleza disputa lo llevó a confrontar en no escasas oportunidades al estatus quo instaurado en el México de entonces. Después de la independencia, estuvo adelante del diario La Gaceta del Gobierno, en 1825.
Su posición político ideológica se reflejaba precisamente en sus proyectos, entre las que se tienen dentro El Periquillo Sarniento, cuyas tres ediciones fueron publicadas en 1816, 1830 y 1831, respectivamente; de esta forma como la Quijotita y su prima, publicada en 1818. Además causó algunas proyectos poéticas y para teatro, en cuyos géneros no llegó a más grande brillo.
Fernández de Lizardi fue un abierto opositor a la monarquía de españa, abrazando los especiales de la independencia. Apoyó el levantamiento del cura Hidalgo y, después, la iniciativa de José María Morelos, tras cuya derrota fue encarcelado.
A lo largo de su tiempo en cárcel siguió escribiendo, pero cambió tanto su estilo narrativo que en seis meses quedó en independencia. En 1815, sacó a la luz dos nuevos periódicos de manera simultánea, los cuales fueron censurados por la corona al poco tiempo.
En su autobiografía, llamada Noches tristes y día alegre, que nació en 1818, deja ver los primeros visos del romanticismo mexicano. José Joaquín Fernández Lizardi se considera como el escritor de más grande importancia a lo largo de los primeros años del siglo XIX, además de reconocerle el mérito de ser el padre de la primera novela que se escribió en América, tomando presente el sentido moderno del término.
Lo picaresco en El Periquillo Sarniento
La novela El Periquillo Sarniento es, sin lugar a dudas, un relato picaresco, que se prueba en su forma autobiográfica: todos los hechos están íntimamente unidos al personaje primordial, que puede ser calificado como ídolo o antihéroe, alrededor de quien da un giro todo el relato. Ninguno de los episodios tiene primordial importancia, ya que se suceden una sucesión de historias en las que las desventuras del personaje principal son el tema primordial. Es él quien narra su propia historia.
La recurrente aparición de vicios como la mentira, al corrupción, la usurpación de personalidades y la ludopatía, entre varios otros, encuentran su reflejo en alguno de los títulos de la novela picaresca de españa. Permanece el tono burlesco característico de la picaresca clásico y la burla de la sociedad es visible.
Fernández de Lizardi mantiene a lo largo de todo el relato un esquema básico, aunque éste logre ser indetectable para el lector y, muchas veces, usa la palabra pícaro para referirse al personaje principal y otros individuos, calificativo que logramos hallar durante toda la historia. No obstante, no utiliza el concepto para descalificar al personaje principal, sino además para ofrecerle un carácter de bribón que se gana con simplicidad la intención de los otros individuos y del lector mismo.
El Periquillo Sarniento es un reflejo de la predominación de la literatura de españa sobre la hispanoamericana, gracias a la estrecha relación que por años existió entre las dos zonas. Todavía de esta forma, Fernández Lizardi se esmeró por exhibirnos una imagen de la sociedad del México colonial, con sus vicios y deformaciones, pero con la promesa de un futuro mejor, de la misma forma que lo vivió el Pajarillo Sarniento, que luego de una vida laxa, se encaminó por el sendero del bien y la rectitud. Ahora le dejamos algunos links de su interés:
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